- ¡Pero tú aún eres pequeña!
- Ahora no me vengas con eso de "Para mí siempre serás mi pequeña", eso no te pega papá...
- No, cariño. Dejarás de ser pequeña cuando hagas cosas grandes.
Gracias papi, por dejar que me ponga el pijama en el salón, por dejar que te agarre un dedo y por haber dormido conmigo cuando tenía tanto miedo...